LA CAÑA

Los cantes de polo y caña vieron la luz en siglo XIX. Dado que vamos a centrarnos más en el palo de caña es importante mencionar que los origenes de su nombre siguen en duda pero lo que se sabe hoy en día es que existen tres estilos personales: de Curro Paula (el hermano del Fillo), del Fillo y de José el Granaíno, el último siendo quien redujo los ayes en el segundo y cuarto tercios de la caña dándole un aire más vivo. El cantaor Rondeño llamado Tobalo de Ronda es una de las figuras importantes en la evolución de la caña y el polo. Él fue el primero de la dinastía de los Polos  de Ronda, de una larga familia de Palmero, nieto de José Palmero Pacheco conocido por el Polo. El Tobalo compuso la caña inspirado en las melodías que cantaban los aguadores. Aunque el Tobalo fue un cantaor importante en la evolución de la caña, el Gallina (también de Ronda) fue quien la popularizó y la adaptó más según como se baila hoy en día. Si nos fijamos en esta teoría podemos presumir que la caña es un cante de Ronda.

La caña se remata con soleá apolá atribuída a Enrique Ortega. El cante se inicia con un largo y seguido ay a diferencia del polo que empieza directamente con la copla. Los paseíllos de ayes se repiten cinco o en algunas ocasiones seis veces. 

También existe otro estilo llamado policaña que mezcla los dos palos cuya interpretación se puede escuchar en las grabaciones de Enrique Morente. De los intérpretes más actuales de la caña es importante mencionar a Pepe el de la Matrona, Porrinas de Badajoz, Naranjito de Triana, Rafael Romero y Fosforito.

Si tocamos el parte del baile gracias a la información de Manuel Vargas sabemos que el Antonio de Juana Porroto bailaba la caña con unas castañuelas y dos trozos de caña que él mismo se preparaba.

Fuentes:

http://www.flamencopolis.com/archives/242

Caballero, A. A., 1981, Historia del Cante Flamenco, Alianza Editorial, Madrid.